Y hasta aquí llegó. La que ha sido durante más de setenta y cinco años la casa de los Muriel Medrano, la pequeña casa que mi abuelo convirtió en Cortijo, la que con tanto mimo cuidaba tío Pipe, ¡Ay tio Pipe!, en la que pasaron tantas y tantas cosas, ahora pasarán para otras familias…

Donde hice mi Primera Comunión, donde aprendí de política, de apellidos, pedro jotas, imbéciles o queridas…

Donde las Nochebuenas eran de consomé, pavo, jamón y corbata de regalo; el aperitivo una institución y en el merengue de las natillas se mascaba el azúcar.

Donde vimos llegar la luz como en el lejano oeste o estrenamos piscina después de muchos años bañarnos en el río. Desde donde íbamos a Elvas a comprar ajuares o cristalerías de puntitos y a comer frango grelado

Donde celebramos los cien años de abuela, las bodas de plata de mis padres y la llegada cada verano de los primos de Logroño cargados de vino bueno, muy bueno.

Donde cada enero se hacía la matanza, con sus migas y su prueba y donde mis amigos descubrieron lo que es congelarse en una ducha. Y en Pascua la de la Ribera y en Mayo Botoa.

Donde llegamos a jugar al golf como ingleses del XVIII, o se hizo esquí acuático y llegaron en barca a Badajoz. Donde montamos a caballo y también en alguna oveja. Donde hubo cochinos y vacas, cuya leche bebíamos recién ordeñada y algún borrego criado como bebé.

Donde los planes era unos pinchitos en Rufino, un surtido ibérico en el Medio Punto o en la Roca o ir a Alburquerque como el que iba a Hollywood. Y si había suerte, a la vuelta del León, a jugar al futbolín en el Refugio.

Cachopo, el kiosco de Luis y sus bolsas de arró, Gallego, el Plata, el hotel Río, Tandy, el Latero, Pauli y sus churros y tantos y tantos nombres que nos sacan una sonrisa al recordarlos.

Ese campo que con tanto cariño cuidaron Fernando y Cecilia, Loren y Antonia, Anselmo y Cati. Y ayudaron María , Fernanda, Canín, José, Blas, Manolo, el Cara….

Todo pasa ya a ser parte de nuestra memoria, la que ha sido la casa de los Muriel Medrano. Otros lo vivirán pero seguro que no disfrutarán como lo hicimos nosotros….