La pandemia que estamos sufriendo, y que va acabar convirtiéndose en una gran crisis económica sobre todo en España, es una muesca más del cambio de era que nos ha tocado vivir y que ya hemos comentado alguna vez en el blog.

La principal diferencia con respecto a crisis anteriores, y que ya se dejó entrever en la de 2008, es la falta de liderazgo mundial. Los ciudadanos miramos alrededor buscando a alguien que marque el camino y vemos que la cabina que dirige el mundo está vacía.

No es solo un problema nacional (tanto en el gobierno como en la oposición), sino que es un mal que afecta a gran parte de países importantes del planeta o las instituciones supranacionales. No solo los más «notorios» líderes de Estados Unidos o Brasil carecen de hoja de ruta. Francia, Reino Unido o Italia sufren el mismo mal.

El cortoplacismo que afecta a todos los ámbitos de la vida se ha instalado también en la toma de decisiones de los líderes mundiales, que no plantean nada para un periodo superior a seis meses. Esto unido al renacimiento de los nacionalismos en gobiernos que toman al resto de países como culpables de sus problemas, rechazando por tanto la colaboración entre ellos, hace que el mundo dé una sensación de navegar a la deriva como hace mucho tiempo no ocurría.

Estas actitudes están provocando que los ciudadanos y sus proyectos (personales, empresariales, de comunidad…) vivan en un continuo estado de duda y confusión y acaban paralizando ideas y aspiraciones con las consecuencias que ello tiene.

Únicamente algunas empresas multinacionales con el desarrollo de proyectos y servicios están cubriendo parte de esa falta de liderazgo, lo que ha empezado a provocar el recelo de los presidentes de gobierno.

El mundo solo puede avanzar si desde la sociedad civil aparecen personas interesadas en el desarrollo de su comunidad. Ya no vale reclamar que otros lideren. Creo que ha llegado el momento en el que todos tenemos el deber moral de ser líderes en nuestro entorno, por pequeño que sea, o al menos de ayudar a otros a liderar para que el mundo que nos ha tocado vivir sea lo más amable y productivo para todos.